Opinión Info Opinión

Agricultura digital y transformación digital: Retos y oportunidades para la explotación familiar. Las barreras a la digitalización

Redacción laagriculturadigital.com15/02/2019

La explotación agraria profesional independiente que configura nuestro modelo de agricultura está obligada a reaccionar ante la digitalización si no quiere verse rebasada

(GUÍA DIGITAL DE COAG. CAPÍTULO 3º)

La agricultura y la alimentación son elementos estratégicos para España y Europa, tanto desde el punto de vista económico como social y ambiental, así como para garantizar la seguridad alimentaria. En este marco, la misión de los agricultores es fundamentalmente producir alimentos sanos y seguros, en cantidad suficiente para el conjunto de la sociedad, a la vez que proporcionan a la comunidad otros bienes públicos de tipo ambiental, territorial o cultural.

La actividad agraria se enmarca mayoritariamente en un modelo determinado, el Modelo Profesional y Social de Agricultura basado en el carácter profesional, la eficiencia y sostenibilidad de la actividad agraria, que conforman los hombres y mujeres del campo que trabajan directamente en sus explotaciones y viven de su actividad. Este modelo entrega bienes de enorme valor a la sociedad europea, siendo proveedor de alimentos sanos, seguros, diversos, asequibles y de calidad, contribuyendo al equilibrio territorial, participando en la conservación del medio ambiente, y en definitiva es clave para el mantenimiento del tejido socioeconómico de las zonas rurales, así como base para la construcción de un potente sector agroalimentario.

En los próximos años, el modelo social y profesional de agricultura se enfrentará a nuevos desafíos y exigencias adicionales. La agricultura deberá garantizar en primer lugar el derecho a una alimentación sana para todas las personas, ante una población global creciente y mercados más volátiles, es decir, la seguridad alimentaria; en segundo lugar, esto deberá hacerlo de forma sostenible, preservando el medio ambiente, la biodiversidad, el agua, el suelo, el aire y contribuyendo a la mitigación del cambio climático (a la vez que se adapta a sus adversos efectos en la producción); en tercer lugar deberá ser más eficiente en el uso de los recursos, para lo que necesitará recurrir a la innovación y especialmente, en el caso de la energía, a fuentes renovables; y en cuarto lugar, deberá hacer frente a los procesos de integración de la cadena alimentaria y la implantación de macroexplotaciones en manos de grupos de inversión que representan un modelo ajeno al social y profesional, lo que amenaza la continuidad de la explotación agraria profesional independiente.

Por tanto, el gran reto será la preservación y fortalecimiento del modelo social y profesional de agricultura mayoritario en España y Europa, es decir, de una agricultura con agricultores y agricultoras.

La revolución agrotecnológica que ya está en marcha en el sector agrario trae cambios disruptivos, ante los que la explotación agraria profesional independiente que configura nuestro modelo de agricultura está obligada a reaccionar si no quiere verse rebasada. Algunas tendencias, evidentes desde hace varios años, se van a ver aceleradas y potenciadas mediante la transformación digital de la agricultura, como son una mayor sostenibilidad de los procesos de producción, la reducción de costes de producción y la integración vertical de la cadena de valor agroalimentaria.

No se espera que el proceso de transformación digital en el sector agrario tenga efectos apreciables en los próximos dos o tres años, pero a partir de diez años sus consecuencias serán muy profundas y sin duda van a afectar a la productividad y la calidad de los productos de las explotaciones, a los costes de producción y también a otras variables del proceso de producción como es el impacto ambiental. En este sentido, tener un buen posicionamiento de salida, un liderazgo, es importante, pero es más importante que consigamos llegar a la gran mayoría de agricultores profesionales que producen nuestros alimentos para que estén preparados y adaptados para este intenso cambio.

Desde la incorporación de España a la UE, las explotaciones agrarias se han visto sometidas a un proceso continuo de modernización y reestructuración, con grandes sacrificios y pérdida de activos. Por otra parte, las explotaciones que han permanecido en el mercado han realizado importantes inversiones en la mejora del proceso productivo y se han convertido en punteras dentro de la UE en numerosos sectores. Actualmente, una vez que son conscientes de su importancia estratégica, los agricultores están preparados para abordar el reto de la digitalización, si se dan las condiciones oportunas. Dichas condiciones dependen básicamente de la situación económica de las explotaciones para poder realizar las inversiones adecuadas, así como de la formación y de la existencia de un ecosistema digital que apoye al sector, pero también de la accesibilidad a las tecnologías, desde el punto de vista del desarrollo tecnológico y de la relación coste? beneficio.

La transformación digital ofrece a las explotaciones agrarias toda una serie de oportunidades como son la posibilidad de acercarse directamente a los consumidores con información precisa sobre los productos y los procesos de producción, la reducción de pérdidas e ineficiencias dentro de la cadena agroalimentaria, la reducción del uso de insumos de producción con una aplicación mucho más precisa, la optimización en la toma de decisiones, la simplificación de procesos y tareas administrativas (condicionado a la interoperabilidad de los datos), la mejora del rendimiento y de la calidad de las producciones, el cumplimiento de la cada vez más exigente normativa de la PAC, etc.

No obstante, para nuestras explotaciones agrarias, este proceso de digitalización supone también un importante reto, motivado por una irrupción tecnológica revolucionaria en un sector dónde el factor humano es fundamental. El principal elemento y el más acuciante a solventar para conseguir un adecuado acceso a esta nueva situación es la elevada brecha digital en el medio rural, con un deficiente acceso a Internet y una cobertura insuficiente o inexistente. Es imprescindible mejorar este punto, a través de inversiones que doten de cobertura real y de velocidad suficiente no sólo a los núcleos rurales, sino también al campo, lugar de trabajo de los agricultores y ganaderos.

Además de este problema de acceso, hay varios elementos que dificultan la adopción de estas tecnologías. El principal es de índole económica: el agricultor aún no ve estas inversiones, en muchos casos de elevado coste, como un futuro beneficio sino principalmente como un riesgo. Aún no considera rentable lanzarse a esta clase de inversiones, aunque haya pequeños pasos que ya demuestran mejoras de este tipo. También el elevado envejecimiento de la población agricultora supone un hándicap, no sólo por edad y por brecha generacional, sino por la necesidad de acometer determinadas inversiones costosas a las que pueden no estar dispuestos los agricultores de más edad. Otros obstáculos están relacionados con los datos en sí, ya que el agricultor no suele disponer de un histórico o sus datos no son representativos y la falta de confianza respecto al uso de los datos o los problemas de interoperabilidad entre las diversas soluciones que existen en el mercado. Por último, la escasez de personal cualificado y asesoramiento, o la falta de formación adecuada también son relevantes.

Por otro lado, también surgen las siguientes preocupaciones: riesgo de dependencia de otros operadores de la cadena, incremento de monocultivos, posible concentración y manipulación de datos, incluida la dependencia de los agricultores de proveedores de alta tecnología, amenazas contra la sostenibilidad de pequeñas explotaciones independientes, control y prácticas desleales, la cosificación del agricultor como fuente de datos para propósitos fuera de su interés, pérdida de autonomía y control por parte de los agricultores sobre su proceso de producción, desigualdad en el acceso de la tecnología y entre los mismos agricultores, amenazas a la privacidad y en definitiva, pérdida de control del agricultor sobre las decisiones más relevantes que conforman la actividad agraria.

Por este motivo, es muy importante que la transformación digital se adecúe al modelo de agricultura y alimentación mayoritario en España y en Europa, y no al revés, para no dejar atrás a la mayor parte de nuestras explotaciones. El factor humano, a pesar de la revolución agrotecnológica, seguirá siendo esencial en el futuro y marcará las diferencias en el campo de la agricultura; la tecnología sin más no es la solución para los retos planteados. No podemos permitirnos perder todo el conocimiento y talento que atesoran los agricultores.

Desde COAG trabajamos para que la llegada de este proceso no sea un tsunami que acabe con el modelo de producción familiar y profesional. Una de las actividades que hemos puesto en marcha es el evento DATAGRI (www.datagri.org). Se trata de un foro para el impulso de la transformación digital en el sector agroalimentario que quiere contribuir a reducir sus barreras de implantación, a crear estándares de buenas prácticas y generar oportunidades de colaboración

El propio evento DATAGRI es, para nosotros, un ejemplo de colaboración al poner en marcha, a iniciativa del propio sector, una propuesta innovadora y compleja pero necesaria. Todos los organizadores (COAG, Cooperativas Agroalimentarias de España, Hispatec y la Escuela de Agrónomos de Córdoba) tenemos clara la importancia de la digitalización para el sector agrario español y comprendemos que debe abordarse desde la cooperación para el beneficio común. En ese proceso hemos recibido el respaldo de la administración, pero también de otras empresas y entidades que han decidido apoyar un evento que busca ser referencia europea y foro de participación y avance continuo para todo el sector.

Adicionalmente, el GRUPO FOCAL sobre digitalización y Big Data en el sector agrario del MAPAMA ha identificado una serie de barreras al proceso de transformación digital vinculadas a:

  • Aspectos técnicos que se pueden dividir en tres ámbitos claramente diferenciables: Interoperabilidad de datos, conectividad rural y madurez de las tecnologías y servicios tecnológicos.
  • Aspectos económicos vinculados a la estructura atomizada del sector y la diferencia entre pequeñas y medianas explotaciones familiares vs. grandes explotaciones, y cuál puede ser el efecto de las TIC extra disruptivas (lo que hace necesario apoyar a los pequeños y medianos agricultores, industrias y cooperativas). Además las barreras vinculadas a aspectos económicos están relacionadas con la necesidad de hacer evidente el retorno de la inversión, y la viabilidad de las inversiones en explotaciones e industrias. De igual forma aparece el conflicto legal por la propiedad y la rentabilidad de los datos, que tiene también un trasfondo económico en cuanto a quién los explota, cómo se explotan, y cómo se reparten los beneficios de su explotación.
  • Aspectos formativos. La falta de capacidades en relación a la digitalización en el sector agroalimentario y el medio rural se ha visto como un elemento limitante dado que a la brecha existente entre el medio urbano y el medio rural, se une la brecha de adopción. Esto es, pueden existir determinadas tecnologías y servicios suficientemente maduros, que no son adoptadas por el sector debido a su posible falta de madurez, y a la falta de capacidades que faciliten una mayor adopción.
  • Aspectos legales. Principalmente vinculados a la protección y uso de los datos, la falta de regulación pública de los mismos y las iniciativas de autorregulación. Se considera que aun cuando existe un gran decalaje entre el rápido desarrollo de nuevas tecnologías y servicios digitales y el desarrollo de un marco normativo equilibrado, se hace necesario que éste se desarrolle de forma que permita el despegue del uso de las nuevas tecnologías y servicios digitales de una forma inclusiva. A la vez se deben evitar situaciones de dominio o abuso de posición dominante del mercado por parte de unos pocos operadores, o agrandar la brecha estructural existente en el sector agroalimentario.
  • Aspectos generales como la falta de datos públicos que permitan el desarrollo de modelos de negocio digitales.

Suscríbase a nuestra Newsletter - Ver ejemplo

Contraseña

Marcar todos

Autorizo el envío de newsletters y avisos informativos personalizados de interempresas.net

Autorizo el envío de comunicaciones de terceros vía interempresas.net

He leído y acepto el Aviso Legal y la Política de Protección de Datos

Responsable: Interempresas Media, S.L.U. Finalidades: Suscripción a nuestra(s) newsletter(s). Gestión de cuenta de usuario. Envío de emails relacionados con la misma o relativos a intereses similares o asociados.Conservación: mientras dure la relación con Ud., o mientras sea necesario para llevar a cabo las finalidades especificadasCesión: Los datos pueden cederse a otras empresas del grupo por motivos de gestión interna.Derechos: Acceso, rectificación, oposición, supresión, portabilidad, limitación del tratatamiento y decisiones automatizadas: contacte con nuestro DPD. Si considera que el tratamiento no se ajusta a la normativa vigente, puede presentar reclamación ante la AEPD. Más información: Política de Protección de Datos

REVISTAS

TOP PRODUCTS

NEWSLETTERS

  • Newsletter Grandes Cultivos

    20/03/2024

  • Newsletter Grandes Cultivos

    13/03/2024

ENLACES DESTACADOS

Feria del Olivo Montoro 2024Cultivo del viñedo 2024Porcino Ibérico 30-04-24

ÚLTIMAS NOTICIAS

EMPRESAS DESTACADAS

OPINIÓN

ENTIDADES COLABORADORAS

OTRAS SECCIONES

SERVICIOS