El IFAPA estudia la capacidad del suelo para retener carbono mediante las técnicas de Agricultura de Conservación

*El proyecto LIFE Agromitiga trata de implantar estrategias que favorezcan la capacidad sumidero de carbono del suelo. Los primeros resultados obtenidos en los ensayos realizados muestran la influencia que ejercen las condiciones climáticas y el manejo del suelo en los stocks de carbono en los suelos agrícolas.

El proyecto LIFE Agromitiga (Desarrollo de estrategias de mitigación del cambio climático a través de una agricultura inteligente en el uso del carbono), nace con el objetivo de apoyar a aquellos sistemas agrarios que, manteniendo la rentabilidad, apuesten por implantar estrategias que favorezcan la capacidad de sumidero de carbono del suelo.

El área de actuación del proyecto se focaliza en Andalucía, aunque el modelo de gestión mitigador del cambio climático se quiere exportar a otros países del arco mediterráneo. Mediante un estudio de toda la región andaluza y a partir de la información climática, edáfica y el uso agrícola al que está destinado el suelo e integrando todos los datos, se han identificado diferentes zonas agroclimáticas. De todas estas se han elegido ocho unidades climáticas que son las más representativas, ya que cubren aproximadamente el 90% de esas superficies agrícolas. En cada una de esas unidades climáticas se ha creado una red de fincas con los principales cultivos de las diferentes zonas, tanto herbáceos como leñosos, evaluándose explotaciones que sean manejadas con las técnicas de agricultura de conservación junto con explotaciones testigo donde las técnicas de manejo sean las tradicionales.

El equipo del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) que participa en el proyecto tiene la responsabilidad de la dirección de las acciones de seguimiento del secuestro de carbono en suelos. Este equipo analizó muestras procedentes de tres perfiles del suelo: uno superficial, que es donde se producen los principales cambios físicos, químicos y biológicos del suelo; un horizonte intermedio (de 5 a 10 cm), que es donde llegan algunos de los aperos permitidos en la agricultura de conservación y un horizonte más profundo (de 10 a 30 cm), que es donde actúan aperos más agresivos como por ejemplo la vertedera.

Con los primeros resultados obtenidos de los análisis de estas muestras tomadas en campo en la red de fincas colaboradoras del proyecto, se ha comparado, dentro de las mismas zonas climáticas, la influencia del manejo que cada agricultor le da a su finca. En el caso de explotaciones de olivar se comparan, dentro de la misma unidad climática, olivares manejados tradicionalmente con otros en los que se han implantado cubiertas vegetales en las calles. Los resultados se recogen en la siguiente tabla: