Conseguir variedades que tengan mayor resistencia a las sequías que irán en aumento con el cambio climático es el mayor reto de las empresas semillistas

Hablamos con ENRIQUE SÁNCHEZ MONGE. Director de I+D de la empresa LG, tras su intervención en las Jornadas Genvce 2019 celebradas recientemente en Vitoria (Álava).

“Si no nos van a dejar utilizar agroquímicos tendremos que pensar en cómo usar la mejora genética para luchar contra plagas y enfermedades que teníamos superadas… eso va a pasar”

LA AGRICULTURA DIGITAL.- ¿Hacia dónde avanza la investigación relacionada con nuevas variedades que se está desarrollando actualmente desde las empresas de semilla?

ENRIQUE SÁNCHEZ.- Lo que se busca en estos momentos no es muy diferente a lo que se lleva haciendo toda la vida: la mejor adaptación de las variedades a las condiciones de cultivo en una determinada zona o país. Ahora lo que podemos utilizar son nuevas armas para lograr este objetivo.

Tenemos a nuestro alcance toda la información que facilita la tecnología big data y los marcadores moleculares. Combinando estas dos tecnologías somos capaces de saber en el primer año de desarrollo de nuevas variedades las que tienen un potencial adecuado. De esta forma ahorramos tiempo de espera -4 ó 5 años- para comprobar si finalmente una determinada variedad va a reunir las características que estamos buscando.

L.A.D.- ¿Cuáles son para usted los avances más destacados que se han conseguido en la investigación con cereal en España durante los últimos años?

E.S.- Quizá el mayor avance ha sido la capacidad de respuesta rápida que han tenido las empresas para dar solución con mejora de las variedades a los graves problemas que ha planteado la roya en los últimos años. En España hacía mucho tiempo que no afectaba la roya amarilla y cuando se ha detectado la presencia de la nueva raza las empresas han dado una respuesta genética –y también fungicida- en muy poco tiempo.

L.A.D.- ¿De cara a los próximos años podemos esperar aumentos espectaculares en lo que se refiere a rendimientos y productividad en el cultivo de cereal gracias a las nuevas variedades?

E.S.- No espero que se produzcan avances espectaculares, los saltos espectaculares no existen en este terreno. Lo que sí hay y seguirá habiendo es una mejora constante de las variedades que viene motivada por pequeños pasos que vamos dando gracias a la tecnología actual. Y en los próximos años seguirá habiendo esos avances continuados, que en el transcurso de unos cuantos años ofrecerán un saldo muy positivo para los agricultores, como ha venido sucediendo hasta ahora.

L.A.D.- ¿Cuáles son los retos principales que van a afrontar las empresas obtentoras en los próximos años?

E.S.- En mi opinión el primero es el cambio climático, aunque es un factor que resulta difícil de medir. Lo que parece seguro es que en los próximos años vamos a tener temperaturas más elevadas y también menos cantidad de agua disponible. Por esta razón creo que tendremos que cambiar de tipo varietal en lo que se refiere al ciclo de la planta, ya que la resistencia a la sequía por el momento es algo muy teórico y que no se consigue gracias a un solo gen sino a muchos años de trabajo.

Por otro lado, la desaparición de ciertas materias activas en los próximos años puede provocar que vuelvan a surgir enfermedades que ya teníamos controladas. Si no nos van a dejar utilizar agroquímicos tendremos que pensar en cómo usar la mejora genética para luchar contra algunas plagas y enfermedades que teníamos ya superadas… y que con la desaparición de determinadas materias activas van a volver a aparecer.

L.A.D.- ¿Las semillas tienen margen de mejora suficiente para suplir la carencia de ciertos fitosanitarios y evitar sus consecuencias sobre la sanidad de los cultivos?

E.S.- La semilla siempre ha sido un vehículo de tecnología e innovación para el agricultor, que ha permitido mejorar la eficiencia de los fitosanitarios o de los fertilizantes. Esto no es nuevo, es algo que siempre ha sido así.