Las grandes plataformas digitales que se están creando ayudan a manipular los mercados de productos y suministros agricolas

• UN GRUPO DE EXPERTOS DENUNCIA ANTE LA FAO EL PELIGRO DE ALGUNOS PROYECTOS QUE IMPULSAN MULTINACIONALES
• ASEGURAN QUE LAS LEYES DE LA COMPETENCIA NO ESTÁN PREPARADAS PARA CONTROLAR LA TECNOLOGÍA DIGITAL

La alianza tecnológica anunciada por seis de los mayores grupos de alimentación del mundo debería ser vista con lupa por los organismos reguladores por posible abuso de posición dominante, denunciaron hoy activistas en Roma.
El Grupo ETC, una organización no gubernamental que vigila el impacto de la tecnología en la agricultura, presentó un informe en la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el que advierte que la concentración empresarial está impidiendo la "competición real" en sectores como las semillas o los agroquímicos.
Puso el foco en la alianza anunciada hace unos meses por seis de las siete mayores empresas que producen, procesan, transportan y comercializan alimentos básicos para colaborar en el desarrollo de tecnologías digitales emergentes como el "blockchain" o cadena de bloques y la inteligencia artificial con el fin de reducir costes.
Se trata de Cargill (Estados Unidos), Cofco (China), ADM (EEUU), Bunge (EEUU), Louis Dreyfus (con sede en Holanda) y Glencore (Suiza), que pretenden lanzar la nueva plataforma en la segunda mitad de 2020 una vez que den el visto bueno los reguladores.
En declaraciones de la responsable de ETC Elenita Daño se critica que las políticas convencionales de competencia, creadas en su día cuando no existían las tecnologías digitales, no sirven para abordar los cambios tecnológicos que han llevado actualmente a esas empresas a compartir licencias o información.
"Los reguladores miran cuánto controla una empresa en el mercado, pero no toman en cuenta las relaciones entre las compañías que concentran gran parte del mercado y que comparten datos sobre las tendencias comerciales, los suministros o los precios" en unas plataformas con las que pueden jugar con ventaja sin necesidad de pactar entre ellas, aseveró.
El director del grupo internacional de expertos en alimentación IPES-Food, Nick Jacobs, insistió en que la concentración de poder se da en todas las etapas de la cadena.
Destacó que una serie de fusiones ha colocado a un 60 % de la industria agroquímica global bajo el control de tres compañías, en alusión a los gigantes Bayer (que compró Monsanto), Corteva (surgido tras la fusión de Dow y DuPont) y ChemChina (que adquirió Syngenta).
A esto se une la entrada en el sector de empresas como Amazon o Alibaba, junto a otras que están consolidando con macrodatos sus operaciones, desde la recogida de datos por satélite hasta el uso de maquinaria o de información de mercado.
"Esto significa que los agricultores están obligados a aceptar los precios y las condiciones de las grandes empresas, que también presionan a los gobiernos para acceder a las mejores tierras", según Jacobs.
Una opinión compartida por Daño, para quien "democratizar los sistemas alimentarios resulta clave para garantizar la seguridad alimentaria y evitar que la sociedad quede en manos de unas pocas multinacionales".